martes, 7 de marzo de 2017

TÚ INSPIRA Y, PIDE PERDÓN.

“Cerró los ojos y apagó las velas” cinco veces. La cera mezclada con el chocolate, estaba dejando ciega a la dulce Kitty. Se propuso soplar con todas sus fuerzas, cansada ya de los flashes y del “no pongas caras feas”. Cogió aire y… lo dejó salir junto con la rabia acumulada en dos añitos.

Cuando abrió los ojos estaba mareada y sola. Descubrió un superviviente; su primo, que quedó enredado en las cuerdas de tender. Juntos observaron la espiral de viento, virando con brusquedad hacia el parking. Berto, que era cuatro años mayor, le explicó… Ella decidió que antes se comerían la tarta sin utilizar los cubiertos.

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