jueves, 20 de octubre de 2016

LOS CICLOS MENGUANTES

Sucede a veces que, el mundo mengua. Constriñe sus montañas, eliminando valles y otros huecos. Manda a los vientos que remuevan cielo y tierras, y éstos empiezan a soplar con fuerza, desde el norte hasta el sur, del este al oeste; persiguiendo un rastro como perros sabuesos.


Aunque no seamos conscientes, todos empequeñecemos con él. Sufrimos una transformación por la que nos convertimos en insectos; hay quién llega a ser hormiga, chinche, bicho palo, moscardón... Se intuye que el resultado de esta alteración física está directamente relacionado con la forma de ser de cada uno.
Pero en ese devenir de la especie humana hacia el artrópodo, siempre hay dos personas que son inmunes a la metamorfosis; sólo ellas conservan su naturaleza original.


Este raro fenómeno ocurre muy de vez en cuando, puede ser que coincida con el paso de algún cometa, tal vez una lluvia de estrellas. Y no se sabe a ciencia cierta cuánto puede durar; podrían ser décadas, un lustro, dos o tres años... quién sabe el tiempo que necesita el mundo para convertirse en un pañuelo.

Porque a veces ocurre, si. Que el mundo mengua, y lo hace para que dos personas se encuentren

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