El día que una ola salte más de lo convenido unos pocos darán orden
de levantar diques alrededor de los océanos, también muros que frenen los
arrebatos del viento, y mandarán echar al mar tupidas redes para apresar las
corrientes entre nudos de hilo.
El día que una ola salte…
temblarán, porque saben que muchas más decidirán hacer lo mismo.
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