Fue
en los ensayos, incluso antes de subirse a la cuerda que habían tensado entre
los postes más alejados de la carpa. El jefe de pista lo vio pasar y fue
certero, como un lanzador de cuchillos. Siempre hubo polémicas con el resto de compañeros, pero en el caso de Yurik Ivanov, bastó con echarle un vistazo
a su anatomía para darle un nombre artístico.
Fotografía de Evgeny Mokhorev. |
Autora: Ana Pascual.
La verdad es que le viene como anillo al dedo. Muy bueno, nena.
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