Hay
que fijarse muy bien. Están en la fila de arbustos que bordea el parking del
edificio más alto. Justo ahí, fíjese bien, porque a simple vista parece un hilo
negro, pero no, es una fila doble de hormigas. Unas van y otras vuelven,
perfectamente coordinadas e inofensivas, en apariencia.
Si
como me dijo, lo que usted pretende es descubrir el lugar que ocupamos los seres
humanos dentro del orden natural, mire hacia ese punto en concreto y observe
con atención, hasta que consiga ver a las hormigas. Imagínelas bajo tierra,
haciendo acopio de víveres, construyendo túneles, colándose por cualquier
rendija para formar otras filas dobles, triples. Cavando nuevas galerías,
invadiendo el espacio de otros animales. Entrando en su cocina para vaciar poco
a poco todo su paquete de azúcar, que acabará siendo negro. Igual que el hilo
que a simple vista parecía inofensivo.
Autora: Ana Pascual.
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