Antes de que el jefe de planta dejara de hablar y pusiera el
montón de papeles sobre su mesa, ya se había arrepentido de haber levantado la
mano. Le dijo que él no dominaba el castellano. Le advirtió de manera explícita
de su incompetencia y desconocimiento en la lengua hispana. También utilizó el
lenguaje corporal, poniendo cara de no saber, al tiempo que negaba con la
cabeza y elevaba sus hombros… De nada sirvió.
Una vez vencido el miedo al fracaso, Bishvajit trajo a su memoria el verano que pasó en Barcelona en 1992 y, tradujo los textos de las etiquetas de los sillones de masaje.
Una vez vencido el miedo al fracaso, Bishvajit trajo a su memoria el verano que pasó en Barcelona en 1992 y, tradujo los textos de las etiquetas de los sillones de masaje.
Autora: Ana Pascual.
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