Viaje en un vaivén, a
través de “Before 6” Ezio Bosso
Necesitamos viajar..., tal vez por eso vamos tantas veces al cuerpo del otro, en busca de nuevos paisajes y de estaciones cálidas... Eso es lo que piensa mientras intenta abrir los párpados, y trata de adivinar el paso del tiempo por la luz que se cuela entre sus pestañas. Sabe que ambos se observan mirando al techo y escuchan el silencio que produce la quietud del otro... Esperan.
Uno de los dos decide
emprender el viaje en solitario, y tras su marcha el cuerpo de Eva se
hunde levemente en la cama. Siente ese pequeño vaivén en el colchón
y adormilada observa incrédula su lenta huida; la ve dibujada entre
las cuatro paredes con la precisión de la niebla... No entiende
todavía.
Lo ve marcharse como el
humo de los cigarros, lento e indeciso. Se va, pero no desaparece del
todo. Se le ha quedado levitando sobre su cabeza, y sueña que es el
calor que templa las sábanas y prende la piel; unas manos enredadas
en sus cabellos, y el abrazo de sus muslos a una cintura. Le sueña
en la concavidad de un cuerpo que es su morada después del sexo; en
la complicidad de la risa, y en el aliento interrumpido por besos...
A tientas, emprende su búsqueda.
Su brazo izquierdo
intenta encontrarle en el vacío de la cama, lo extiende una y otra
vez; el corazón también se le desplaza hacia ese hueco en blanco,
que enmudece las sábanas... Y se repliega, cuando recuerda el leve
movimiento que hace unos minutos le anunció su marcha.
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